Lecturas del domingo XXIII T.O Domingo 6 de Septiembre 2020
Lectura
de la profecía de Ezequiel (33,7-9):
Así
dice el Señor: «… Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de
muerte!", y si tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que
cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta
de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de
conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado
la vida.»
La pandemia del Covid está poniendo en entredicho el individualismo de nuestra
sociedad. No vale que si enfermas de covid, te escondas en tu casa y no digas
nada. Se avisa a los que has estado en contacto con ellos, por si ellos, pudieron
haberse contagiado también. La lucha contra la pandemia del covid nos obliga a
ser solidarios, a preocuparnos por los demás y también de defensa personal, mi
salud depende de la salud de los demás y viceversa. Es como si Dios nos pidiera,
nos quisiera responsabilizar de la salud de los demás, como si tu salud
dependiera de la salud de los otros. Por eso no puedo ser tan malvado de
esconderme, de tapar mi contagio, como si solo me afectara a mí, única y
exclusivamente.
Sal 94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón»
Que me dice Dios a mí?, pues te
dice lo de siempre, que lo escuches y cumplas su voluntad
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (13,8-10):
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene
cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás,
no robarás, no envidiarás» y los demás mandamientos que haya, se resumen en
esta frase: «Amarás a tu prójimo como a tí mismo.» Uno que ama a su prójimo no
le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Si tú y yo queremos ayudar a combatir
la pandemia del covid, tenemos claro que nos hemos de preocupar por la salud de
todos, los de tu casa, tu familia y tu pueblo. Y aquí no vale estar regañando
al vecino que está contagiado, ni hacer de investigador privado para saber
quien contrajo el virus, ni decirle “no salgas de casa, que te estoy vigilando”;
NO, ese no es el estilo de Cristo. Lo cristiano es saber como está, preocuparse
por él, decirle si le puedo ayudar en algo, aunque sólo sea hacerle la compra,
algún recado, etc.
Cristo
no trató a nadie como “apestado”, todo lo contrario, estuvo siempre a su lado, le
ayudaba en lo que necesitaba.
Si en
algo necesitamos corregir, entonces, hazlo con cariño, decirle que lo
importante es cumplir con lo que nos diga el médico, respetar las normas y el protocolo
establecido.
Muchas
Gracias
Manuel
García Souto