Don Bernardo y la mujer
Con esta primera
publicación, abrimos en este blog, una sección a la que llamaremos Don
Bernardo; pretende contar vivencias de la existencia humana, para que
aquellos lectores que se abajen a leerlas, puedan elevar su espíritu a Dios,
dirigir tu inteligencia al Creador, al Universo; y que puedas preguntarte: que
es lo que haces en este mundo, de donde vienes y a dónde vas, amigo lector.
Aquel segundo domingo de pascua, celebraba don
bernardo, la misa parroquial; y como bien había instituido, el hoy San Juan
Pablo II, en este domingo se celebra el don de la misericordia, algo así como
el amor a los demás, llevado al extremo humano; o a lo menos, eso debía de ser,
lo que una mujer, entre aquel gentío, estaba pensando, porque al final de la
eucaristía, fue corriendo y se abrazó a don bernardo; la sacristana, casi se
asusta y se largó, aquella mujer se arrodilla; mientras don bernardo cerró las
puertas la sacristía.
Oiga, le dice la mujer, muchas gracias, muchas gracias;
qué te pasa hija -habló don bernardo- y empezó a llorar aquella mujer; joven,
unos cuarenta años escasos; el cura ni la conocía, es más, no era ni de su
parroquia, sino de una cercana.
“Esta mañana salí de casa para no volver más, tengo
dos hijos pequeños, y mi marido me engaña”. – tranquila le dijo don bernardo-,
“esta noche no dormí, y necesitaba calmarme un poco, así que me vine con los
niños a misa, pero al escucharle a usted, al hablar de misericordia, de amar
mucho para aprender a perdonar, algo, se me movía en el interior, algo que me
recomía por dentro, que no me dejaba en paz; hasta que pensé en perdonar a mi
marido; me dije que iba hablar con él , que estaba dispuesta a superar la
situación.. y comencé a recobrar la paz; necesitaba contárselo don bernardo”,
-muy bien, arregla las cosas con tu marido, contestó el cura.
Al domingo siguiente, volvió aquella mujer, con cara
sonriente y le dijo a don bernardo, “todo arreglado, mi marido lloró y yo he
sido capaz de perdonar”.
Manuel Garcia Souto
Mayo 2020